México, D. F., 19 de octubre (Redacción Salud Mundo de Hoy).- El cáncer de mama es el segundo tipo de cáncer más frecuente en México (sólo por abajo del cervicouterino), de hecho, el seis por ciento de las defunciones en pacientes oncológicos se deben a esta variante de la enfermedad. A nivel mundial, los fallecimientos por esta causa se calculan en más de 500 mil cada año, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
La conmemoración es una forma de recordar a las mujeres la importancia de la detección temprana de este mal, que es curable en sus primeras etapas, pero también de invitarlas a iniciar una relación más cercana con su cuerpo, aprender a escucharlo y a cuidarlo. El conocimiento del propio cuerpo y de su funcionamiento es fundamental en la prevención de cualquier enfermedad, por ello, vale la pena recordar la estructura y funciones básicas de los pechos en la mujer.
Cada pecho o mama es un conjunto de glándulas y de tejido adiposo (el responsable principal del tamaño y la forma), las glándulas son las encargadas de producir leche cuando una mujer tiene un bebé. Cada glándula también es conocida como “lobulillo” y un conjunto de “lobulillos” forma un lóbulo, de los cuales hay entre 15 y 20 en cada pecho. La leche viaja desde las glándulas hasta el pezón a través de unos conductos que se agrandan cuando el pecho se llena de leche.
En las mamas también hay vasos sanguíneos y linfáticos; la linfa es un residuo que es drenado por los ganglios linfáticos (pequeños pedazos de tejido del tamaño de un fríjol que filtran y limpian la linfa), la mayoría de estos ganglios están a la altura de la axila. Los tumores se producen cuando las células del pecho comienzan a crecer de manera descontrolada, cuando estas células invaden tejidos finos próximos o se esparcen en todo el cuerpo, se dice que el tumor es maligno. Por lo general, el cáncer de mama se forma a partir de los conductos o de las glándulas y pueden pasar años antes de que pueda ser diagnosticado.
Hay varios tipos de cáncer de mama. El carcinoma canalicular o de conductos comienza en las células que recubren los conductos que transportan la leche, y es responsable de más del 75 por ciento de los cánceres de mama. Por otra parte, el carcinoma lobulillar tiene su origen en las glándulas secretoras de leche y es muy similar en su comportamiento al carcinoma canalicular. Otras variedades pueden desarrollarse a partir de la piel, grasa, tejido conectivo y de otras células presentes en las mamas.
Algunas mujeres presentan una condición conocida como cáncer de mama positivo para HER2, que es la abreviación de receptor 2 del factor de crecimiento epidérmico humano, un gen que ayuda a controlar el crecimiento, división y reparación de las células. Cuando las células tienen muchas copias de este gen, el crecimiento celular se acelera. Las investigaciones sugieren que las mujeres con cáncer de mama positivo para HER2 tienen una enfermedad más agresiva y un riesgo mayor de recurrencia.
El cáncer de mama puede no tener manifestaciones en su primeras etapas, pero es importante detectar cualquiera de las siguientes alteraciones en la autoexploración: cambios en la forma o tamaño de la mama; protuberancias a la altura de la axila, secreción anormal del pezón; cambios en la coloración (enrojecimiento) y textura del pezón y la areola; retracción (hundimiento) del pezón, dolor.
Una mamografía (imagen de rayos X de las mamas) ayudará a conocer con mayor detalle las causas de la anormalidad. Si los resultados continúan siendo sospechosos, el médico puede recomendar otra clase de estudios, como un ultrasonido o incluso una biopsia quirúrgica (toma de una muestra de tejido para su análisis). En el caso de diagnosticarse cáncer, deben practicarse más pruebas para determinar la etapa en que se encuentra la enfermedad y con ello el tratamiento más conveniente, que puede consistir en cirugía, radiación, quimioterapia o una combinación de éstas.
De acuerdo con el American Joint Commitee on Cancer, las etapas del cáncer de mama son las siguientes: Etapa 0: enfermedad “in situ” (en el sitio). Las células cancerosas se mantienen en su ubicación original dentro del tejido mamario.
Etapa I: tumor menor a 2 cm de diámetro sin diseminarse más allá de la mama.
Etapa IIA: tumor de 2 a 5 cm de diámetro, sin diseminación a ganglios linfáticos axilares, o tumor de menos de 2 cm con diseminación a dichos ganglios.
Etapa IIB: tumor mayor a los 5 cm de diámetro sin diseminación a ganglios linfáticos axilares o tumor de 2 a 5 cm con diseminación a estos ganglios.
Etapa IIIA: tumor menor de 5 cm con diseminación a ganglios axilares unidos entre sí o a otras estructuras, o tumor mayor de 5 cm con diseminación a estos ganglios.
Etapa IIIB: tumor con invasión a la piel de la mama o a la pared torácica, o que se ha diseminado a ganglios linfáticos dentro de la pared torácica a lo largo del esternón.
Etapa IV: tumor de cualquier tamaño diseminado más allá de la mama y la pared torácica, como al hígado, los huesos o los pulmones.
El tratamiento estándar para la Etapa 0 es la tumorectomía (extracción del tumor) o mastectomía (extirpación parcial o total de la mama) más radiación. En las etapas I, II y III, además de la terapia quirúrgica, que incluye la extracción de los ganglios comprometidos, el tratamiento se enfoca a tratar de evitar la metástasis (diseminación del cáncer) y la recurrencia. Por lo general, el cáncer en etapa IV es incurable y el tratamiento se limita a mejorar, hasta donde sea posible, las condiciones de vida del paciente.
La quimioterapia se utiliza para eliminar las células cancerosas que queden en la mama o que se hayan diseminado a otras partes después de la cirugía. La radiación se puede dirigir al tumor, la mama o a otros tejidos si se sospecha que aún hay células malignas. Se usa también la terapia hormonal con tamoxifeno o bien raloxifeno, que bloquean los efectos de los estrógenos, los cuales ayudan al desarrollo de los tumores. Existe una nueva clase de medicamentos conocidos como inhibidores de la aromatasa, que han demostrado buenos resultados. Las llamadas “drogas biológicas”, como el trastuzumab, constituyen una nueva clase medicamentos que también pueden ser de utilidad.
No debe olvidarse que son los médicos quienes deben decidir el mejor tratamiento para cada paciente y aumentar sus esperanzas de vida, que pueden llegar a ser muy altas si, insistimos, el diagnóstico se hace de manera temprana.