· Además, vigilar el estado de nutrición para prevenir y controlar enfermedades crónico degenerativas
El Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) impulsa hábitos de alimentación correcta, consumo de agua simple potable y práctica diaria de actividad física para mantener y mejorar la salud, acciones que también son determinantes para prevenir y controlar enfermedades crónico degenerativas, como diabetes mellitus, hipertensión arterial, infartos, embolias, así como algunos tipos de cáncer, como el de mama, vesícula, colon y próstata.
Ante el incremento de personas con sobrepeso y obesidad en México, que tienen mayor riesgo de padecer síndrome metabólico (caracterizado por resistencia a la insulina, intolerancia a la glucosa, alteración de lípidos en sangre e hipertensión arterial), la estrategia PrevenIMSS evalúa el estado de nutrición y orienta a los derechohabientes sobre la forma de alimentarse correctamente, informó la coordinadora de Programas de Nutrición, Martha Leticia Martínez Viveros.
Estas acciones, destacó, tienen que aplicarse desde el embarazo, donde la mujer debe vigilar su alimentación. El hecho de fomentar hábitos saludables, dijo, inicia en la infancia y permanece toda la vida; éstos son fundamentales para conservar buena salud, reducir el riesgo de enfermedades crónico degenerativas y evitar la muerte temprana por padecimientos cardiovasculares.
Es importante, apuntó, que los niños sean alimentados exclusivamente con seno materno los primeros seis meses de vida, iniciar la ablactación –momento en que se ofrecen alimentos sólidos a los bebés– y evitar que consuman refrescos y todo tipo de bebidas endulzadas, como un buen hábito de vida.
La nutrióloga Martínez Viveros recomendó incluir en cada una de las tres comidas principales alimentos que integran el Plato del Bien Comer: verduras, frutas, cereales, preferentemente integrales, leguminosas y productos de origen animal bajos en grasas.
Asimismo, subrayó la importancia de dar color a la alimentación, para cubrir el requerimiento de las diferentes vitaminas y minerales. Explicó que es conveniente combinar leguminosas (frijol, lentejas, habas, garbanzo, soya) con cereales (arroz, avena, maíz, trigo, amaranto, cebada, centeno), ya que al complementar sus proteínas, equivalen a las que contienen los productos de origen animal, pero sin grasa ni el colesterol de éstos.
Un ejemplo de menú para el desayuno puede ser: vaso de leche o yogurt natural, huevo con nopales, ejotes o a la mexicana; o bien, un sándwich de pan integral con poca grasa (mayonesa o crema), queso panela, aguacate, jitomate, cebolla, espinaca, incluso rebanadas finas de calabacita o zanahoria, y una fruta fresca de temporada.
En la comida: sopa de verduras, guisado a base de carne con bajo contenido en grasa, acompañado siempre de verduras; una porción de leguminosas, dos tortillas de maíz, fruta fresca y agua simple potable.
Martha Leticia Martínez Viveros recomendó que la cena puede ser: un yogurt natural, una tostada horneada con frijoles y queso panela y una fruta fresca. Destacó que en caso de sentir apetito entre comidas, se recomienda comer una fruta o verdura como pepinos, o bien, yogurt natural.
Añadió que el refrigerio para escolares debe ser con alimentos sanos, necesarios para un óptimo crecimiento y desarrollo, por lo que recomienda que éste incluya: fruta, yogurt natural, una torta de frijoles con queso panela; o de aguacate con queso, y agua simple potable. Si se ofrece agua de fruta, jamaica o tamarindo, debe tener poca azúcar o libre de ésta, en caso de que el niño presente sobrepeso u obesidad.
Estableció que además se debe incrementar la actividad física, a fin de lograr un equilibrio entre el consumo energético y las kilocalorías que se gastan. Recomendó a los padres evitar que los menores permanezcan sentados frente a la televisión, equipo de cómputo o videojuegos por más de dos horas, y procurar que se muevan más: caminar, subir escaleras, jugar al aire libre y correr.