Primera de dos partes
Por Carmen Gómez
México, D. F., 27 de octubre (Salud Mundo de Hoy).- “El cáncer de mama se conoce desde años muy remotos y existe evidencia de su existencia en documentos ancestrales de los Egipcios y Romanos entre otros. Su incidencia ha ido en aumento desde los años 60. En México no tenemos registros precisos, pero de 1980 a la fecha se ha encontrado una incidencia creciente, llegando hasta la actualidad en que según cifras oficiales se incrementa en 5.4 por ciento anual.”, señaló el Dr. Jesús Robles
Sin duda, hoy sabemos que en tiempos pasados muchas mujeres pudieron haber muerto a causa de cáncer de mama pero no había tantos adelantos científicos y tecnológicos que explicaran el motivo, no existía un conocimiento específico sobre la enfermedad y su tratamiento, además este tipo de padecimientos no se hacían públicos, se mantenían ocultos en la familia porque eran considerados como vergonzosos ya que presentar una anomalía en los senos cuya función biológica es amamantar considerados durante años como símbolo de feminidad y maternidad sólo podría ser consecuencia de un cúmulo pecados cometidos y, por lo tanto, un castigo.
Debido a la escasa información que se tiene sobre casos de cáncer de mama en la antigüedad, hemos caído en el error se suponer que es un mal de nuestra generación; el doctor Jesús Robles Villa, Coordinador de la División de Cirugía del Hospital Regional del ISSSTE en Torreón, Coahuila, desmiente esta creencia y nos brinda información para disipar algunas de nuestras dudas en lo que concierne a esta enfermedad.
El doctor Robles explicó cuáles son los factores que han propiciado el incremento en el número de mujeres afectadas por esta patología en la actualidad, porque si bien es verdad que la enfermedad ha estado presente en la humanidad desde hace cientos de años, también es verdad que en las últimas décadas se ha manifestado con gran fuerza y el número de sus víctimas se ha disparado. “La predisposición va en aumento en función del incremento en los factores de riesgo entre los que podemos destacar los siguientes:
Sexo: El cáncer de mama se da principalmente en la mujer aunque también puede afectar a los hombres, pero la probabilidad es mucho menor. Según los libros existe un caso en hombres por cada 100 casos de mujeres, sin embargo en México nosotros vemos muchos menos casos.
Edad: Una mayor edad conlleva un aumento del número de cánceres. El 60 por ciento de los tumores de mama ocurren en mujeres después de la menopausia. Recientemente se ha visto que cada vez existen más casos en mujeres menores de 50 años e incluso menores de 40 años. En lo particular la paciente más joven que he atendido tenía 19 años de edad.
Genes: Existen dos genes identificados que, cuando se produce algún cambio en ellos (mutación), se relacionan con una mayor probabilidad de desarrollar el cáncer de mama. Estos genes se denominan BRCA1 y BRCA2 y según algunos estudios parece que entre el 50 por ciento y el 60 por ciento de mujeres que han heredado estos genes mutados pueden desarrollar el cáncer antes de los 70 años.
Antecedentes familiares: Cuando un pariente de primer grado (madre, hermana, hija) ha tenido cáncer de mama se duplica el riesgo de padecerlo. Si se trata de un pariente más lejano como abuela, tía, prima, sólo aumenta el riesgo ligeramente.
Antecedentes personales: Algunos resultados anormales de biopsia de mama pueden estar relacionados con un riesgo ligeramente elevado de padecer cáncer de mama (por ejemplo las llamadas hiperplasias atípicas de la mama). El riesgo de desarrollar cáncer en el otro seno en aquellas mujeres que han tenido un cáncer de mama, es distinto de la recurrencia o reaparición del primer cáncer.
Raza: Las mujeres blancas son más propensas a padecer esta enfermedad que las de raza negra, aunque la mortalidad en éstas últimas es mayor, probablemente porque a ellas se les detecta en estadíos más avanzados. Las que tienen menor riesgo de padecerlo son las mujeres asiáticas, y las hispanas tienen un riego intermedio.
Períodos menstruales: Entre más joven se inicia la menstruación, antes de los 12 años, mayor es el riesgo (de dos a cuatro veces mayor) de padecer esta enfermedad si se compara con aquellas que comenzaron más tarde, es decir, después de los 14 años.
Lo mismo ocurre con la menopausia, las mujeres con una menopausia tardía (después de los 55 años) tienen mayor riesgo. El embarazo después de los 30 años también aumenta el riesgo. Estos factores, aunque muy frecuentes, suelen tener poca incidencia sobre el riesgo de padecer cáncer.”, expuso el especialista.
El doctor informó también sobre los factores de riesgo que están relacionados directamente con el estilo de vida, aunque, advirtió, hay algunos cuya repercusión no está demostrada científicamente.
Uso prolongado de anticonceptivos: Los últimos estudios han demostrado que el uso prolongado de anticonceptivos no está relacionado con el cáncer de mama.
Terapia hormonal sustitutiva: Esta terapia, que se utiliza para aliviar los síntomas de la menopausia, parece aumentar a largo plazo (más de 10 años) el riesgo de sufrir cáncer de mama, aunque los estudios al respecto no son del todo concluyentes.
Alcohol: El consumo de alcohol durante años está claramente vinculado al riesgo elevado de cáncer de mama.
Exceso de peso: El exceso de peso parece estar relacionado con un riesgo más alto de padecer esta enfermedad, aunque no existe ninguna evidencia que un tipo determinado de dieta (dieta rica en grasas, por ejemplo) aumente ese riesgo.
“Hay que tener presentes estos factores de riesgo, y evitar aquellos que se puedan. También se debe conocer que, en la actualidad, entre el 70 por ciento y el 80 por ciento de todos los cánceres mamarios aparecen en mujeres sin factores de riesgo aplicables y que sólo del 5 por ciento al 10 por ciento tiene un origen genético por poseer los genes mutados BRCA1 y BRCA2.
Hoy en día existen unos criterios muy precisos que aconsejan la realización de estas pruebas. No basta, por ejemplo, con tener un familiar con cáncer de mama (madre o hermana) para indicar su realización.”, aseveró el oncólogo.
En cuanto a la manipulación de los alimentos como factor de riesgo de desarrollar la enfermedad, el doctor Robles comentó “No existen estudios que demuestren esto sin embargo se cree que el consumo de carne de animales engordados con hormonales pueden aumentar el riesgo”.
El cáncer de mama es un proceso tumoral de la glándula mamaria, que generalmente se manifiesta con la presencia de un nódulo firme o una pequeña protuberancia que puede detectarse al tacto. En un inicio no es doloroso, puede moverse o estar adherido a la piel, pero a medida que avanza ocasiona retracción de la pie o el pezón, ulceración, dolo o enrojecimiento.
Es muy curioso, pero se ha demostrado que en los estados del norte de México se presenta una problemática de esta patología en niveles más avanzados esto “al parecer es porque los factores de riesgo son más frecuentes en estas poblaciones, ya que tienen una dieta con alto contenido en grasa y cada vez hay más mujeres con embarazos a edades superiores a los 35 años de edad, etc. La problemática no es sólo del norte del país sino de todas las grandes ciudades como el Distrito Federal y Guadalajara, entre otras.”, finalizó el médico.