– Darle prioridad a las labores del hogar ya que suele suceder que si ella no las realiza, nadie las hace. Llevar y recoger a los hijos de la escuela, preparar comida, asear la casa, lavar y planchar la ropa, etc. etc.
– Evitar faltas al trabajo, ya que en muchas partes las condiciones laborales no les permiten quedarse en casa, con la amenaza latente de perder el trabajo y vivir situaciones de hostilidad y hasta de discriminación.
– Ocupar los recursos familiares en todo menos en ellas, dejando así los estudios y análisis que anualmente deberían realizarse fuera de la lista de prioridades.
– No poder decidir en relación a su salud sexual y reproductiva.
– Ser víctima de violencia intrafamiliar y laboral, que “impide” el ejercicio de sus derechos.
– Evitar quejarse, ya que a muchos compañeros y esposos, no les agrada escuchar y menos atender problemas de salud de las mujeres.
Lo cierto es que aunque muchos programas promueven la salud de las mujeres y tratan de concientizar sobre la importancia de diagnosticar y atender a tiempo problemas de salud que son en muchos casos mortales, sobre todo los realacionados con su sexualidad, como el cáncer de mama o cervicouterino que cobra miles de vidas cada año, el comportamiento y la respuesta de este sector de la población sigue siendo muy pobre.
Las principales causas de muerte en mujeres en México, según la Secretaría de Salud son:
– Diabetes Mellitus.
– Enfermedades del corazón.
– Enfermedades cerebrovasculares.
– Enfermedades pulmonares.
– Complicaciones perinatales.
– Hipertensión arterial.
– Cirrosis hepática.
– Desnutrición.
– Cáncer de útero, mama, hígado, estómago y pulmón.
– Accidentes.
– Anemia.
Todas estas enfermedades se pueden prevenir, si cada año se realiza una visita al médico para que mediante una revisión general se puedan detectar, atender, controlar o curar a tiempo, evitando así, no solamente la muerte prematura de mujeres productivas y muy necesarias, sino todos los problemas adicionales que conlleva el que las mujeres tengan que abandonar sus funciones familiares, laborales y sociales con todas las implicaciones que esto conlleva.
Pero sobre todo, porque la mujer tiene derecho a la salud, a vivir con tranquilidad, sin violencia, con atención digna y con el pleno ejercicio de sus derechos humanos.
Así que en este día y en todos los que te quedan por desempeñar tu importante misión, como madre, compañera, profesional, pero sobre todo como ser humano, te invitamos a que hagas un alto en el camino y acudas con tu médico, para que te ayude a potenciar, proteger y mejorar tu salud.