Es la primera vez que un estudio, encabezado por instituciones mexicanas, marca la pauta de un nuevo tratamiento a escala mundial, dijo
Científicos de
El tratamiento consiste en añadir el medicamento gemcitabina a un régimen de quimioterapia (con otro fármaco denominado cisplatino) y radioterapia.
Con este nuevo esquema, se incrementa nueve por ciento absoluto %u2013con respecto a los métodos estándar, la posibilidad de que una paciente en esa fase de la enfermedad siga viva a tres años de la detección; de ser así, la probabilidad de sanación es alta, aunque podrían darse casos excepcionales de recaídas, aclaró el universitario.
El cáncer cervicouterino es el segundo padecimiento más diagnosticado y la segunda causa de muerte por carcinomas en mujeres a nivel mundial, con más de un cuarto de millón de decesos anuales, y alrededor de cinco mil en México.
Las altas estadísticas ocurren aunque es una enfermedad 100 por ciento evitable si se cuenta con un programa adecuado de detección y se impide que los tumores hagan metástasis, aclaró Dueñas.
La importancia de este estudio en su fase III, realizado entre pacientes de diversos países en vías de desarrollo, no sólo radica en que se demuestra que la gemcitabina añadida a la radiación con cisplatino ofrece mejores resultados que las terapias tradicionales, sino que es la primera vez que una investigación de este tipo, encabezada por instituciones mexicanas (UNAM y el INCan), marca la pauta de un nuevo tratamiento a escala mundial.
Este padecimiento afecta en mayor medida a mujeres en naciones subdesarrolladas, donde los programas de detección son deficientes y 70 por ciento de las enfermas son diagnosticadas cuando ya están en etapas localmente avanzadas y requieren radio y quimioterapia.
El estudio multicéntrico fase III se realizó en Argentina, Bosnia/Herzegovina, India, México, Pakistán, Panamá, Perú y Tailandia, con el patrocinio de la empresa farmacéutica Eli Lilly y el apoyo del International Network for Cancer Treatment and Research, con sede en Bélgica.
Se comparó la supervivencia, con y sin progresión del cáncer, en 515 pacientes seleccionadas al azar; 256 de ellas recibieron tratamiento estándar (cisplatino-radioterapia) y 259 el nuevo esquema (cisplatino-radioterapia-gemcitabina). Se comprobaron los resultados positivos, que ya se habían visto en un estudio previo con pacientes del INCan.
Luego de un seguimiento de cuatro años, se observó que la supervivencia sin progresión (sin la enfermedad) fue de 65 por ciento para quienes recibieron el tratamiento convencional, y 74 por ciento para las receptoras de la nueva terapia. En cuanto a la supervivencia en general, 78 por ciento de las mujeres que recibieron gemcitabina lo logró, contra 69 por ciento del otro grupo.
Para mejorar el tratamiento, relató Alfonso Dueñas, se realizaron diversos estudios con ese medicamento que desde hace años se usa para tratar cáncer de páncreas, pulmón, mama y vejiga, in vitro y clínicos; se demostró que era un excelente agente %u201Cradiosensibilizador%u201D y que potencia el efecto de la radiación, pero también del cisplatino.
El experto indicó que se desconocen con precisión los mecanismos moleculares de la interacción entre la radiación y la quimioterapia; lo que sí se conoce, es que la primera induce daño indirecto a la molécula de ADN de las células, por la producción de radicales libres de oxígeno.
Cuando eso ocurre, la célula echa a andar mecanismos de reparación del ácido desoxirribonucleico, pero entonces se suma la quimioterapia, que también lo daña; el deterioro resulta letal. Esta terapia combinada aumenta las posibilidades de que la célula maligna muera y se controle el tumor.
En el estudio inicial, fase II, realizado en el INCan, se comparó el uso de cisplatino-radiación contra cisplatino-radiación-gemcitabina; los resultados incitaron a plantear a la compañía farmacéutica la investigación multicéntrica, fase III, donde %u201Cnuestras instituciones participaron de manera decisiva%u201D, explicó.
Dueñas González resaltó que otro aspecto importante es que el cisplatino es un medicamento de quimioterapia económico, y la gemcitabina es accesible, por lo que el tratamiento estará al alcance de la población y, por ende, se espera que alrededor del mundo aumente el número de mujeres que se curen con este procedimiento.
El nuevo esquema es un poco más tóxico que el estándar, porque disminuye en mayor medida los glóbulos blancos y rojos, y las plaquetas; además, aumentan las náuseas y la diarrea; %u201Csin embargo, cuando el beneficio es tan importante y la toxicidad se puede manejar adecuadamente, se acepta pagar el precio%u201D.
En la mayoría de los casos, esos efectos secundarios son agudos y ocurren sólo en el tratamiento, que dura alrededor de 70 u 80 días, lapso en el que la paciente se siente cansada y débil, como en cualquier quimioterapia, acotó.
Los resultados del estudio fueron presentados por el universitario en el Congreso de
Mientras tanto, se espera que este procedimiento se empiece a aplicar, a la brevedad posible, en el INCan y en otras instituciones del país y del mundo. No obstante, Alfonso Dueñas concluyó que la solución para el cáncer cervicouterino no es un nuevo tratamiento, sino hacer exitosos los programas de detección temprana para lograr la disminución de los casos localmente avanzados.